Cuando los acuerdos internacionales y los tratados son letra muerta.

Publicado originalmente en tribunavalladolid.com

, de Félix de la Fuente Pascual

Cuando los acuerdos internacionales y los tratados son letra muerta.

A pesar de que el drama de los refugiados sigue una semana más llenándonos de vergüenza, no quiero hablar aquí de la Convención de Ginebra sobre el estatuto de refugiados, pues la imágenes que vemos diariamente en los medios de comunicación hablan por sí solas. Nos están mostrando una Europa sin alma, sin corazón y sin cabeza. Se están incumpliendo por parte de todos los Estados de la Unión Europea, y digo “por todos”, no sólo unos compromisos internacionales, sino las más elementales normas de humanismo.

No es el miedo al ridículo que está haciendo Europa, como dijo el vicecanciller alemán, lo que debe preocuparnos -el ridículo ya está hecho-, sino esos cientos de miles de personas que están llamando a las puertas de Europa, huyendo de la muerte, y a quienes estamos tratando como si fueran malhechores.

No quiero hablar tampoco de la violación de los acuerdos de Schengen –nombre que ha hecho famoso a ese pueblito luxemburgués situado junto al río Mosela y que hasta ahora era el símbolo de libertad de movimiento para los ciudadanos de la Unión Europea. Los controles, los cierres de fronteras, la negativa de muchos Estados a aceptar refugiados ….todo esto son hechos que a unos nos recuerdan tiempos de represión y de nacionalismos y a los jóvenes les muestran una Europa desconocida y negra.

Tampoco quiero hablar de una Constitución española que durante muchos años viene siendo papel mojado para todos los políticos españoles. Para unos, porque no la respetan, y para otros, porque callan y consienten que no se respete. Quiero concentrarme en el incumplimiento del Tratado de la Unión Europea. Y no se trata de unas consideraciones teóricas, sino de la enorme repercusión que el incumplimiento de dicho tratado tiene sobre todo el problema de los refugiados. Pido disculpas a los expertos en Derecho de la UE si me extralimito en mis consideraciones y en las conclusiones que saque de este incumplimiento. Las primeras palabras del Tratado de la UE son estas: “Resueltos a salvar una nueva etapa en el proceso de integración europea..”. No dice que sea la última etapa, sino una nueva etapa, una etapa más.

También está claro en la UE estamos viviendo un proceso de integración. Más adelante en el artículo primero leemos. “El presente tratado constituye una nueva etapa en el proceso creador de una unión cada vez más estrecha”. Pues bien, al parecer algunos jefes de gobierno o no han abierto en su vida dicho tratado o no saben leer, pues apenas han ingresado en la UE, están poniendo trabas a una unión política. Los países que no quieren avanzar hacia una mayor integración, llamémoslo Estados Unidos de Europa, Europa Federal o como queramos, están incumpliendo conscientemente dicho tratado. Incluso, en buena lógica, habría que decir que no deberían haber ingresado en la UE.

¿Qué derecho tiene, por tanto, un Estado miembro de la UE que está incumpliendo los tratados a impedir que los demás Estados sigan con el proceso de unificación, como está sucediendo actualmente? En teoría estos Estados no deberían tener ni voz ni voto en ninguna de las ulteriores decisiones que se tomen dentro de la UE.

¿Tiene acaso más fuerza la voluntad de un Estado incumplidor que los artículos de los tratados de la UE? ¿A qué están esperando los demás Estados para seguir con el proceso integrador? ¿A que dé su conformidad un país que es contrario a la unión política?. ¿Es necesario recurrir el proceso de cooperación reforzada -es decir a que un grupo de Estados se ponga de acuerdo sobre una mayor integración política- cuando ya por el mero hecho de firmar el tratado de ingreso están obligándose a una mayor integración- para avanzar hacia una Europa Federal? ¿Es necesario excluir a aquellos Estados que no están conformes cuando dichos Estados ya se han excluido automáticamente? ¿No será una excusa en la que se quieren escudar unos políticos miopes y cobardes que por puro egoísmo están perjudicando enormemente a los ciudadanos de la UE?

La crisis de los refugiados nos está demostrando la incapacidad de la UE actual para resolver cualquier problema. Europa está secuestrada por la partitocracia. No, no echemos la culpa a los que calificamos como “burócratas de Bruselas”. Esos burócratas de Bruselas han sido impuestos y son representantes de los partidos políticos nacionales y tienen más interés en complacer a sus respectivos partidos que a los ciudadanos. Y algo similar podemos decir de los europarlamentarios. En el caso de los refugiados el Parlamento Europeo está jugando un papel secundario y consiente que todo lo decidan los jefes de Gobierno, porque no se sienten representantes de los ciudadanos europeos.

Europa está secuestrada y maniatada por los partidos políticos y es incapaz de resolver dignamente ninguno de los problemas que tiene planteados actualmente: ni el problema de la inmigración, ni el problema del paro, ni el problema de seguridad, ni el problema del medioambiente, ni el problema de la calidad de vida de sus ciudadanos, que se está degradando continuamente, ni el problema de la xenofobia y ni siquiera el problema de la convivencia con sus países vecinos (caso de Ucrania).

El problema de los refugiados nos lo quieren presentar como un problema económico, cuando lo que está dejando al descubierto es una parálisis de la UE actual: Europa no puede recibir más refugiados, se nos dice, cuando en una Europa políticamente unida y con un presupuesto único, la ayuda a los refugiados no representaría más que una partida insignificante del presupuesto. Con la supresión del 50% de las subvenciones que reciben los partidos políticos en España habría más que suficiente para acoger a 100.000 refugiados en España. Y que no se nos ponga la excusa de que en España hay 4 millones de parados. Ni los refugiados han provocado el paro de estos 4 millones, ni la situación de los parados va a empeorar por 100 mil refugiados.

Vayamos al fondo del problema, si realmente queremos resolverlo. Los Jefes de gobierno no se han puesto de acuerdo para resolver este problema, ni se podrán nunca. Irán echando parches, como ocurre con los demás problemas, y el Parlamento Europeo, que tiene medios para denunciar al Consejo, es decir a los Jefes de Gobierno de los Estados miembros, ante le Tribunal de Justica de la UE por paralizar el proceso de integración europea, calla y agacha la cabeza.

Va siendo hora de que los ciudadanos denunciemos a aquellos que deberían ser nuestros representantes y lo único que representan son los intereses de sus partidos. Va siendo hora de que elijamos a unos auténticos representantes o nos neguemos a participar en una farsa que se llama “elecciones europeas".

Tantos problemas sin resolver y tantas heridas sin curar se pueden enquistar. Pero no podremos digna y humanamente resolver dichos problemas si no resolvemos previamente el problema de Europa, y el problema de Europa no lo solucionaremos hasta que no lleguemos a unos Estados Unidos de Europa.

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