Cuando los acuerdos internacionales y los tratados son letra muerta.
A pesar de que el drama de los refugiados sigue una semana más llenándonos de vergüenza, no quiero hablar aquí de la Convención de Ginebra sobre el estatuto de refugiados, pues la imágenes que vemos diariamente en los medios de comunicación hablan por sí solas. Nos están mostrando una Europa sin alma, sin corazón y sin cabeza. Se están incumpliendo por parte de todos los Estados de la Unión Europea, y digo “por todos”, no sólo unos compromisos internacionales, sino las más elementales normas de humanismo.