La ciudadanía de la UE y del resto del mundo esperan a ver si la Unión Europea puede mantenerse unida o si está comenzando un proceso de desintegración. El voto británico ya está siendo bien recibido por los populistas y nacionalistas en toda Europa y tiene el potencial de desencadenar las fuerzas de desintegración que podrían poner en peligro la totalidad de la construcción europea y de la paz, la estabilidad y la prosperidad que genera en Europa y en regiones limítrofes. La reacción ante la confirmación del Brexit no puede ser «como de costumbre». Se necesita una fuerte reacción política para convencer a los ciudadanos de la UE de que sus gobiernos están comprometidos con la unidad europea y que la Unión Europea puede ofrecer soluciones a sus problemas.
Las negociaciones para el Brexit deben iniciarse y ser completadas tan pronto como sea posible, antes de las próximas elecciones europeas. Ser miembro de la UE significa derechos, pero también responsabilidades. Es fundamental que cualquier acuerdo con el Reino Unido refleje adecuadamente la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea y todo lo que ésta representa.
Al mismo tiempo, los demás Estados miembros deben permanecer juntos y demostrar visiblemente su compromiso con la integración europea. Declaraciones solemnes o gestos simbólicos no serán suficientes. Una iniciativa integral para relanzar una integración política más profunda es urgente. Un paquete de reformas que no requieren cambios en los Tratados de la UE puede y debe implementarse con celeridad. Una hoja de ruta clara para lograr avances concretos en los principales desafíos que afronta Europa – una mayor integración económica y política en la Eurozona, una respuesta común a los refugiados, el desarrollo de la seguridad interna y externa - es requerida con urgencia para ofrecer resultados y recuperar la confianza de los ciudadanos en la UE. Al mismo tiempo, los Estados miembros comprometidos con la integración política más profunda deberían dejarlo claro y proponer una amplia discusión sobre el futuro de Europa como proyecto político. El Parlamento Europeo debería ser el actor clave en este proceso y debe hacer sus propuestas tan pronto como sea posible. Una hoja de ruta de este tipo también debería incluir cambios necesarios en los tratados de la UE. Por lo tanto, el terreno para una Convención Europea tiene que estar preparado.
Tenemos que llevar la democracia y la ciudadanía al centro del proceso de toma de decisiones, no tomando en consideración únicamente las posiciones en clave intergubernamental de los jefes de estado y de gobierno. Por eso nos reafirmamos en que es hora de prepararse para una convención que reúna a representantes de los Parlamentos nacionales y del Parlamento Europeo, de los gobiernos nacionales, que cuente con la participación de las organizaciones de la sociedad civil con el fin de preparar una propuesta para reformar y relanzar la Unión Europea como una verdadera unión política. Federalistas y todos aquellos ciudadanos que creen en una Europa unida y federal pueden marcar un nuevo horizonte de oportunidades. Es la hora de ponerse en marcha y defender Europa como proyecto político. Los Federalistas reclamamos el objetivo de una Europa federal como la única manera de preservar los logros europeos y garantizar un futuro de unidad, estabilidad y prosperidad para el continente.
FIN
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