¿Os acordáis de Manfred Weber, el Spitzenkandidat del PPE? Pues bien, el grupo liberal (y recién formado) Renew Europe tuvo la osadía de no apoyarlo, lo que llevó a varios políticos rumanos del PPE a acusar al líder del grupo, Dacian Ciolos, de ser el ejecutor de Macron, así como de solidarizarse con los socialistas, diciendo que esta es la “verdadera cara de la alianza USR-PLUS”, transponiendo así los actuales conflictos partidistas de ámbito nacional (todos contra el PSD) a la arena política europea. Y todo ello no deja de ser algo hipócrita, teniendo en cuenta que el centro-derecha y los socialdemócratas han controlado juntos el Parlamento Europeo durante décadas.
Además, el presidente rumano, Klaus Iohannis, parecía estar bastante irritado con el hecho de que Ciolos publicara en Twitter que, después de hablar con Emmanuel Macron, Rumania contará con el apoyo presidencial francés en el Consejo para que su candidata, Laura Codruta Kövesi, se convierta en la primera fiscal general de la Unión. En tono irónico, ha declarado que “algunos políticos están tratando ahora de aferrarse a esta cuestión, ya que es de gran interés público”.
Ahora que el antiguo enemigo en común, el PSD, ha quedado relegado a la insignificancia política (al menos por ahora), el PNL y la Alianza ya se están lanzando ataques, ya que es muy probable que sus candidatos se enfrenten entre sí en la segunda ronda de las elecciones presidenciales. Así pues, esto es toda una primicia en la arena política rumana.
Hasta ahora, el único político que ha anunciado públicamente su candidatura es el actual presidente. La Unión Salvar Rumanía (USR) anunciará su candidato este sábado (13 de julio de 2019). Dan Barna, el actual líder del partido, será probablemente el candidato presidencial. El otro partido de la Alianza, PLUS, seguramente apoyará a Barna y, por lo tanto, sumará fuerzas junto a la USR detrás del mismo candidato.
Si la Alianza logra efectivamente hacerse con la presidencia, esto sacudirá al establishment político rumano de raíz. Sin embargo, será difícil, ya que el presidente en ejercicio goza de un índice de aprobación enormemente favorable.
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